Juan Martin Bravo.- En el mundo de los negocios y la innovación, el espacio nunca es solo espacio. Es una oportunidad. Es potencial sin explotar. Y en Cali, hay un edificio de 42 pisos que hasta ahora ha sido tratado como un simple edificio, cuando en realidad debería ser un canal de comunicación de alto impacto: la Torre de Cali.
Miremos lo que han hecho en otras ciudades visionarias. El Burj Khalifa, el edificio más alto del mundo, no es solo un ícono arquitectónico. Se ha convertido en una de las pantallas publicitarias más grandes y codiciadas del planeta. Marcas como Samsung, Cartier y hasta el gobierno de Emiratos Árabes han utilizado su imponente estructura para proyectar mensajes a millones de personas. La Torre Eiffel, otro referente mundial, también ha sido utilizada como plataforma de luces y eventos de alto impacto. Incluso Times Square, con su selva de pantallas LED, demuestra que la publicidad y la arquitectura pueden fusionarse para transformar la economía de una ciudad.
Entonces, ¿por qué en Cali no estamos haciendo lo mismo? ¿Por qué la Torre de Cali sigue siendo solo un edificio de oficinas cuando podría convertirse en un lienzo digital para la publicidad, la cultura y la promoción institucional?
Imaginemos la Torre de Cali equipada con luminarias LED de alta tecnología, Pantallas LED envolventes, mapping de proyección, luces dinámicas, capaces de proyectar anuncios de marcas globales, campañas culturales y mensajes institucionales. Desde eventos deportivos hasta campañas de turismo, la ciudad ganaría una nueva herramienta para conectar con el mundo y generar ingresos. Lo que hoy es un simple edificio, podría transformarse en una plataforma comercial de primer nivel, atrayendo inversión y dinamizando la economía local.
Además, su ubicación estratégica la convierte en un punto de referencia urbano. No hay caleño que no conozca la Torre de Cali, y no hay visitante que no la identifique al llegar.
Pero la transformación no debe quedarse solo en la Torre de Cali. La segunda etapa del Parque Lineal es el siguiente paso en esta visión comercial y urbana. Si logramos articular un plan donde la Torre de Cali funcione como un canal de publicidad y promoción, el Parque Lineal puede convertirse en un espacio de interacción comercial, cultural y recreativa. Aquí podrían instalarse pantallas interactivas, experiencias de realidad aumentada y puntos de información digital conectados con la Torre.
Las ciudades que se niegan a evolucionar quedan atrapadas en la mediocridad. Pero aquellas que se atreven a innovar, que ven el espacio urbano como una oportunidad, son las que marcan la diferencia. Cali tiene en sus manos la posibilidad de repensarse, de reinventarse y de demostrar que puede jugar en la misma liga que las grandes capitales del mundo.
Las ciudades que crecen no son las que esperan a que el futuro llegue, sino las que lo construyen. Y en Cali, el futuro debe comenzar ahora.