Hay una diferencia sencilla entre un dictador y un demócrata: Si el demócrata no tiene oposición, su deber es crearla, mientras que el sueño del dictador es eliminar toda oposición. Oscar Arias, expresidente costarricense
Cuauhtémoc Monreal Rocha.- Mexicanos, no olvidemos que en nuestro país la oposición se encuentra moral y políticamente derrotada, decir lo contrario es aberración y el más alto riesgo que tenemos ahorita, como país, es no fortalecer esa falta de oposición, gracias a nuestra división interna (polarización también le llaman); por eso morena, en todo el territorio nacional, ya políticamente se está adelantando con una incipiente campaña preelectoral, aprovechando a un junior haragán, que gracias a papi, fue colocado estratégicamente en la directiva de morena como secretarios de organización y se vaya proyectando como seguro candidote para la construcción del tercer piso de la 4T.
El Jr., ahora convertido en un nuevo millonario, gracias al movimiento de regeneración nacional política y económica de la nueva minoría rapaz, ya anda en plena campaña preelectoral, gracias al nepotismo de papá, aunque en honor a la “verdad”, en la 4T no se practica este nefasto término, que desde 1929, hasta este año 2024 por terminar, se sigue practicando dentro de la élite gubernamental, gracias a que, como la corrupción, está protegido con el manto sacrosanto de la impunidad.
El junior haragán de 38 años 38 de edad, Andy, para sus amigos y para el resto de los mexicas, también, ya comienza a escuchar del pueblo “bueno y sabio” y en toda la hermosa provincia mexicana a donde llega con sus programas sociales, el grito consagratorio de Presidente, Presidente, grito que, mientras no exista la oposición en México, irá cobrando fuerza y conforme vaya avanzando su gira preelectoral, surgirá alguna o algunas corcholatas para taparle el ojo al macho y no se diga por la plebe, por los neoliberales corruptos, por los clasistas, los racistas, los aspiracionistas, que la candidatura del Andy a la presidencia de la república es producto del capricho y nepotismo de papá.
Al tiempo hay que darle tiempo. Vale.
