Alejandro Zapata Perogordo.- El sexenio que afortunadamente culmina este año, ha estado lleno de vertiginosas decisiones; una administración plagada de determinaciones, actos y estrategias que han puesto en vilo al país, provocando una serie de perjuicios que deben corregirse.
En principio, el método implantado en la toma de decisiones a partir de una sola persona ha resultado contraproducente; así como tampoco entendimos el significado de la cuarta transformación más allá de un ocurrente totalitarismo.
Así Morena y el gobierno se han fundido en una secta donde la obediencia al líder supremo es indispensable para mantenerse dentro de ese movimiento, sin debate ni ideas propias, menos diálogo con los adversarios, simplemente sumisión y disciplina incondicional.
¿Qué van a entregar? Un país envuelto prácticamente en una guerrilla, donde la derrama de sangre diariamente y en todos los rincones de México cobra víctimas, la imparable violencia es un factor que ha impactado la calidad de vida a lo largo y ancho del país, el fenómeno nos arrebató la tranquilidad, del gobierno solo encontramos pretextos y… otros datos.
Lo relativo a la salud pública, es similar. Si bien, el seguro popular no era como en Dinamarca, funcionaba. No obstante, lo desmantelaron, redujeron el presupuesto, se quedaron sin medicinas, atendieron la pandemia fatal, dejando en el desamparo a infinidad de personas y, en el camino, muchas de ellas perdieron la vida, la administración mostró su rostro insensible y deshumanizado.
El combate a la corrupción solo fue un discurso hueco, se propagó como la humedad; de hecho, uno de los mayores desfalcos que se tenga noticia aconteció precisamente en este sexenio: el de Segalmex. También se han publicado muchos otros que lamentablemente quedan en la impunidad, mas no en el olvido colectivo.
Nuestro sistema democrático e institucional se ha visto brutalmente atacado, la división de poderes constantemente ha sido amenazada y muchos de los órganos autónomos fueron desmantelados o cooptados, incluyendo la Comisión Nacional de Derechos Humanos, al quedar al servicio del Ejecutivo.
Es cierto que existen programas sociales que son un importante paliativo a la sociedad, como también que la paridad del dólar frente al peso ha bajado; sin embargo, no se ha visto reflejado en el precio de los combustibles, al contrario, los gasolinazos siguen.
Al respecto, la oferta política de la candidata oficial en el sentido de construir el segundo piso de la cuarta transformación no solo es patético sino de terror: la continuación del rumbo significa más de lo mismo.
Un nuevo año y la terminación de un sexenio, obligan a la reflexión y a renovar esperanzas de cambio, sobre todo en aquello susceptible de corregir para tener una mayor calidad de vida.
Este será un año de decisiones, que finalmente impactará en el rumbo del país en los próximos años; en consecuencia, es importante tener una conciencia cívica para la construcción de un mejor México.
Así, somos muchos los que deseamos un México en armonía, unido, plural, un país de leyes, de prosperidad y oportunidades, de libertades y transparente, donde cada uno ponga su grano de arena y podamos vivir tranquilos.