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Aspiraciones, resultados e ingenuidades

Dr. Arturo Castro.- Terminó la etapa de pre campañas políticas, llegó a su fin la convocatoria popular manifestada en propuestas, bardas, discursos y reuniones desde la ilegalidad constitucional para dar paso a la verdadera pre campaña que regula el Instituto Federal Electoral.

El control de la actividad política la han definido los actores desde Palacio Nacional a los partidos políticos grandes y chicos que han envuelto a toda una sociedad en el debate friccionado por creer lo que cree cada quien.

La política se ajusta a las diferentes capacidades que expone el oficialismo y la oposición, los aspirantes hacia el proceso electoral 2024 hicieron el esfuerzo lo mejor posible, unos en piso parejo y otros que lo definieron como disparejo.

Ganaron dos mujeres en una crónica anunciada semanas atrás por los medios de comunicación y las redes sociales. Xóchitl Gálvez por el Frente Amplio por México y Claudia Sheinbaum por Morena buscarán la Presidencia de la República en un proceso diferente que enaltece el concepto de género para estos tiempos.

Xóchitl representa a la sociedad no partidista, a pesar de que su corazón y mente están en el Partido Acción Nacional, tiene una vocación que va de la humilde vida de antes a la empresarial de hoy, pregona que viene de la cultura del esfuerzo.

Claudia representa los intereses del actual gobierno, los retos y locuras que día a día emergen por doquier, tiene formación profesional académica alta y experiencia en gobernabilidad, es la hija obediente que todos los políticos quisieran.

Nos preguntamos si este desafío logrará que la sociedad mexicana tenga mejores expectativas de vida, que el país desarrolle un poco más su economía y que la política legitime su difícil misión de convencer a todos por igual.

Los aspiracionistas del partido en el poder fueron más, perdieron ganando los que no llegaron porque les esperan nuevos liderazgos legislativos y gubernamentales, Noroña, Monreal, López y Velazco estarán en primera fila definiendo políticas legislativas en los años venideros, igual como han vivido largo tiempo en ello.

Una corcholata definida como Marcelo Ebrard, se siente traicionado por su jefe, por la historia en aquella herencia del gobierno del Distrito Federal. Se siente engañado por la desigualdad en la contienda que oportunamente denunció.

Ebrard cuenta con una estructura nacional que no sabe qué hacer en los escenarios de disciplina, denuncia o rebeldía institucional, por el momento están fuera de la jugada, en los próximos días se define su situación, misma que no cambia el gran peso de la derrota sufrida.

En el Frente Amplio por México, Beatriz Paredes seguirá siendo legisladora plurinominal para seguir sirviendo a este gran país. Es la historia de siempre, como siempre y para siempre.

La novedad es que los partidos políticos han perdido identidad propia para asumir coaliciones confusas a la hora de hacer la plataforma política que ofrecerán, son las ideas proyectadas que con habilidad y perversión serán expuestas a lo largo de la campaña electoral.

La aspiración de cada quien es legítima cumpliendo con lo establecido en la ley, se gana y se pierde con la intención de continuar en las élites de poder, la negociación es parte importante de este proceso político.

Los resultados tienen su origen en la voluntad popular a pesar de la autocracia que se presenta en propios y extraños, se hacen encuestas que nadie conoce y las que se conocen se pueden comprar por el mejor postor.

La movilidad política es un asunto de lealtad, de ahí que se debe seguir a la siguiente etapa por parte de los protagonistas que como representantes de sus respectivos grupos deben ser responsables en sus decisiones a tomar.

La ingenuidad política es la incapacidad de aceptar decisiones inesperadas, el juego permite ganar y perder, a veces empatar, este proceso duró meses reflejando tranquilidad, hacia el final se retiraron muchos al saber que no alcanzarían la meta propuesta.

El caso Ebrard es el de un político que al final de la jornada denunció lo que se vio en todo el proceso. Duró meses abajo en las encuestas, tal vez engañado por su equipo, por su líder, por su mente en estado de confort que le indicaba que por ser el mejor, iba a ser el bueno.

Se consumó esta fase política, faltan miles de candidatos por definirse que auguran más aspiraciones, resultados y nuevas ingenuidades que nos permitirán seguir analizando porque la política es el arte de tragar sapos sin hacer gestos.