Dr. Fernando Antonio Herrera Martínez.- Cuando los gobernantes se ausentan continuamente de sus ocupaciones, el equipo con el que deberían trabajar no funciona; al no estar el líder, el equipo deja de funcionar en sincronía y cada uno hace lo que cree que debe hacer. Actúan pretendiendo saber el grado de apoyo o afecto que tienen del jefe o líder ausente.
La división y trabajo aislado del equipo los lleva a un proceso de entropía negativa que, al final, terminará en un desastre de gobierno.
Ahora podemos ver en retrospectiva que, de los últimos tres gobiernos en el estado, el acusado de la mayor corrupción y cuyo titular está en la cárcel, ni fue malo ni corrupto, pues nada han conseguido probar.
Sin embargo, el quinquenio (por única vez) siguiente, ha quedado como el peor de la historia de Chihuahua y sus desatinos y corruptelas en absoluta impunidad hasta hoy. Claro que el actual gobierno puede superarlo pues es la hora en que no se ve rumbo para nuestro estado.
Preocupante, sin duda, porque ya se escuchan voces que señalan que pueden superar al anterior en los perjuicios y daños.
¡Pobre Chihuahua! Nomás no damos una, y pobre México que sufre de peores condiciones con el gobierno federal que tenemos y que amenaza con quedarse. El reniego es generalizado. ¡Ni a quién irle!
