La comunicación política incluye una variedad de estrategias y herramientas, como discursos, debates, publicidad política, redes sociales, comunicados de prensa, entrevistas con medios y campañas de movilización, entre otros
Raúl Ruiz.- “Quiero compartir con ustedes mi diploma más reciente; siempre he pensado que la preparación continua es una herramienta fundamental para servir con excelencia a nuestros semejantes. Así que aquí seguimos, echándole ganas al estudio con disciplina y constancia”, escribió la doctora Daniela González Lara, en su muro.
Se refería a su constancia de haber acreditado un diplomado en COMUNICACIÓN POLÍTICA. Muchos la felicitamos por tal logro académico, pero casi estoy seguro que la gran mayoría no saben de qué se trata el estudio de esta materia, para lo cual, me permito traer un poco de conocimiento a la mesa.
No es que sea todólogo, pero ostento una maestría en Comunicación por la UACH, así que estoy en mis terrenos. Veamos.
La comunicación política se refiere a la forma en que los actores políticos (como candidatos, partidos políticos, gobiernos y grupos de interés) se comunican con el público para persuadir, informar o movilizar a la audiencia en torno a un tema o agenda política específica.
La comunicación política incluye una variedad de estrategias y herramientas, como discursos, debates, publicidad política, redes sociales, comunicados de prensa, entrevistas con medios, campañas de movilización, entre otros.
El objetivo principal de la comunicación política es influir en la percepción de la opinión pública sobre los actores políticos y las políticas que promueven.
A través de la comunicación política, los actores políticos buscan ganar apoyo popular, convencer a la audiencia sobre la validez de sus ideas y convencer a los votantes de que son la mejor opción para representarlos en un cargo político. Hasta aquí un planteamiento inicial.
El conocimiento de estrategias, tácticas de acercamiento a la masa y otras brujerías, es lo que seguramente aprendió la doctora González Lara, y sí, es motivo de presunción. Lo digo porque hasta el momento, los actores políticos en su desconocimiento, usan como herramienta básica el correo electrónico, los muros del Facebook y el chat por WhatsApp para honrar el tema de COMUNICACIÓN POLÍTICA. No quieren invertir. No quieren ni siquiera pensar.
En esta era poscovidiana, la inteligencia artificial cobra vigencia y manejar la comunicación política con mensajitos del WhatsApp es retroceder a la época de las cavernas.
Vámonos por una capirotada.
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