Heriberto González Valencia.- La tecnología es una herramienta que con el pasar del tiempo indiscutiblemente se hace más útil para la educación y todos los implicados en ésta. Muchos profesores hacen una integración muy adecuada de todas las ayudas tecnológicas posibles en su quehacer diario.
Los estudiantes, quienes viven una realidad tecnológica desde muy temprana edad, la incluyen como soporte a sus actividades académicas. Y por supuesto las instituciones educativas hacen un gran esfuerzo por estar al día con las exigencias cada vez mayores de la época en cuanto al uso de las diferentes herramientas tecnológicas al servicio de la educación.
Después de toda esta introducción que nos lleva a pensar todo lo que se ha avanzado en este campo, tristemente se debe hablar también del porqué no siempre se obtienen los resultados esperados en muchos procesos académicos que cursan en las instituciones educativas con ayudas tecnológicas de punta.
Comenzando con las instituciones educativas, las cuales tratan de estar al día con las herramientas más útiles del momento, pero muchas veces sin tener en cuenta a sus actores principales, profesores y estudiantes. Si un profesor no está totalmente contento con un proyecto, esto se va a ver reflejado al momento de mostrarlo a sus estudiantes. Por otro lado, si un estudiante no lo ve como esa ayuda significante, tampoco lo va a integrar en sus actividades de la forma apropiada.
Es por eso que la integración de todas las ayudas tecnológicas a disposición de la educación deben ser pensadas como un beneficio para el quehacer diario de toda la comunidad educativa y no solo como el uso de una herramienta más.
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