Dr. Arturo Castro.- La política es el arte de tragar sapos sin hacer gestos, los actores están en todos los ámbitos, aquellos de dirección, de operación o de observación. Las personas dedicadas a este oficio o profesión están en todos lados.
El político siente, piensa y desarrolla una carrera de servicio a la sociedad; son muchos, miles en el país, pasan inadvertidos a pesar de haber estudiado o emprendido una vida de trabajo bajo cualquier sigla partidista.
El político existe en el ámbito social y político, son los que se conocen, aquellos que aparecen por las mañanas en los medios informativos y los que son fantasmas, los verdaderos políticos que operan a una sociedad hastiada de ellos.
Conocer a un político es para tomarse una buena selfie, opinar de él es para desear que nunca vuelva, la sociedad parece que no sabe lo que quiere ni a quien quiere. Critica, enjuicia sin considerar una carrera de servicio. Solamente aquello de que todos son iguales.
Los políticos conocen cómo emocionar a una sociedad desencajada por las diferentes crisis que se le presentan, ya sean económicas, sanitarias u ocasionales. Conocen su función, la hacen en un terreno en donde la meritocracia es fundamental.
Un sistema de méritos que no existe porque prevalece el del amiguismo, el de la familia cercana como proveedores de servicios, el de la deidad por el político en turno y el de la esperanza de que mañana todo sea mejor.
La vida del político es placentera porque conoce el valor del servicio que se presta, la opinión pública se considera un estorbo, cada quien tiene su realidad y su verdad, hoy existe, mañana no, en el complejo pensamiento social.
La política se refiere a todo aquello relacionado a la ciudad, a la dirección de instituciones que encaminan un bienestar para todos los individuos de una comunidad, a algunos se les elige, a otros se les acomoda en puestos públicos de atención directa o indirecta a la sociedad.
Los políticos son como los maestros, los médicos, los enfermeros que están de moda por la crisis sanitaria que nos afecta, son personas dignas del aprecio social por su dedicación a promover un mejor desarrollo social
El político es digno de un mayor reconocimiento social porque la sociedad los ubica en épocas de elecciones y buscan llegar a una casilla electoral para depositar su confianza, aunque los desconoce en cualquier otra época.
La misma política a través de sus actores expresa que unos y otros son traidores, son corruptos e ineficaces para repensar la idea que se tiene de ellos, es una traición de los mismos que están pero a veces no aparecen y cuando lo hacen, hacen creer que son los mejores.
Los políticos también son héroes, aquellos que dedican su vida a la política, que la familia respeta y apoya, el partido político de origen tal vez sea lo que menos importa porque todos se conocen e incluso son amigos, comparten un trabajo que les deja esa satisfacción.
En este ambiente político no importa el origen, se respeta como en la milicia lo hacen los generales en cualquier guerra, se ofrece un trato digno a los perdedores, la memoria de ello está llena de recuerdos.
La corrupción, la ineficiencia, el interés y el desinterés son los lastres que se cargan, hay quienes los tienen como valores en perjuicio de tan noble carrera, los mediocres son los que ocasionan la tragedia de pensar que la política es denostable.
Los mediocres corruptos que no saben servir a una sociedad que espera lo mejor de ellos, los mediocres políticos que se sirven en charola de plata con los recursos de una sociedad marginada porque no llega lo ofrecido.
La política tiene de todo, la conozco muy bien, tal vez mejor que bien. Reconozco a aquellos que con su trayectoria le hicieron un bien a su comunidad, desconozco aunque los conozco, a aquellos que se han servido impunemente a través del tiempo y han hecho esa fortuna personal que por muchas razones no se castiga.
Este es un arte además, porque hay que tener elementos para desarrollar un buen ejercicio político, ser jefe o ayudante es lo de menos, lo importante es conocer lo que se hace para hacerlo mejor.
Reitero que los políticos también son héroes, la fijación no es la de aquellos que traicionaron sus raíces, solo aquel Don Pablo Olvera de la colonia Guadalajara Izquierda, que tenía un emblema partidista en la cabecera de su cama.
No me refiero a los políticos rateros, existen muchos nombres que se guardan pero que todo mundo conoce, los políticos son los que están en la política, no los que la dirigen y están en los medios de comunicación.
Existen muchos políticos desconocidos, son los héroes desconocidos como aquella película de Rafael Inclán de los setentas, conocer a miles de ellos me hizo entender que es una noble ocupación.
El estudio de la política deja mucho conocimiento, la práctica deja algo más, tal vez escribo solamente por escribir, pero la emoción de hacerlo en lo que me gusta, es incomparable ante cualquier crítica de quien conoce o ignora una viva realidad.
La política tiene héroes, un reconocimiento para todos ellos.