Intentaba describir este martes cómo su hija, Valentina Orellana Peralta, de 14 años y originaria de Chile, murió el 23 de diciembre al recibir una bala perdida de un policía durante un tiroteo ocurrido en un centro comercial de Los Ángeles, California.
Su breve testimonio fue desgarrador: “Escuchamos gritos. Nos sentamos en un asiento, abrazadas, rezando, cuando algo impactó a mi hija Valentina”, dijo en una conferencia de prensa este martes.
“Y murió en mis brazos. No pude hacer nada”.
La niña fue víctima de los disparos que efectuó un agente del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) el pasado jueves al neutralizar a un hombre que presuntamente cometía un asalto en la tienda Burlington Coat Factory, en el barrio de North Hollywood.
Según muestran los videos de las cámaras de los agentes, publicados por LAPD, el sospechoso había causado heridas a una mujer y estaba acorralado cerca de los probadores de ropa cuando recibe los disparos del agente.
Pero entonces se escuchan gritos desde el interior del probador donde estaban resguardadas Soledad Peralta y su hija Valentina.
El caso ha generado un gran escrutinio sobre la actuación de los agentes de LAPD y demandas de justicia por parte de la familia Orellana Peralta.
“Lamento profundamente la pérdida de la vida de esta joven y sé que no hay palabras que puedan aliviar el dolor inimaginable de la familia”, dijo el jefe de la policía, Michel Moore, quien se comprometió a investigar el caso.