Después de una loca noche de copas con su mejor amiga, Alma Solares (Maite Perroni), Brenda (María Fernanda Yepes) es encontrada muerta en la bañera de su casa en Cuernavaca. ¿Suicidio o asesinato?
El enigma debe resolverse a lo largo de 18 episodios de la serie mexicana “Oscuro Deseo”, que el pasado 15 de julio se estrenó a través de la plataforma Netflix. Se trata de una serie policiaca y de misterio que logra atrapar a los espectadores, pero que puede resultar un tanto larga y tal vez podría haberse resuelto en menos capítulos.
No cabe duda que tiene buenas actuaciones. Esteban Solares (Erik Hayser), el policía cojo que abandonó su carrera a temprana edad; Darío Guerra (Alejandro Speitzer), el joven de 25 años que se convierte en el eje central de la historia y la misma Brenda (María Fernanda Yepes) son personajes convincentes y diferentes a los que los actores han hecho antes y demuestran las tablas que tienen y que han forjado en muchos años de carrera.
Sin embargo, no pasa lo mismo con Jorge Poza (Leonardo Solares), que se queda corto frente a los personajes de su esposa y su hermano, pese al gran peso que debe tener para el desarrollo de la trama. Lo mismo pasa con Regina Pavón, quien da vida a Zoe Solares, la joven hija de la pareja formada por Leonardo y Alma, quien tampoco logra convencer, aunque justo es decir que su personaje es uno de los más complejos de “Oscuro Deseo”.
Tal vez los desnudos y las escenas sexuales son demasiadas y cansa un poco ver que se repiten una y otra vez. Tampoco resulta creíble y confunde un poco al espectador ver la misma escena desde diferentes puntos de vista, pero con los mismos diálogos.
Tiene un final predecible y tal vez un poco forzado para dejar abierta la posibilidad de una segunda temporada. Sin embargo, es una serie que puede verse si de pasar un buen rato se trata, aunque se requieren al menos 9 horas de maratón ya que los capítulos tienen una duración promedio de 30 minutos.
Lo bueno: Encontrar una serie en la que no hay drogadicción y el único vicio de algunos de sus personajes es el alcohol, algo difícil de encontrar hoy en día. Las locaciones son impecables.
Lo malo: La pobreza de algunos detalles de utilería. Por ejemplo, Brenda siempre aparece con los mismos pendientes aunque se supone que se le ubica en situaciones desarrolladas a lo largo de 10 años.
Lo feo: La repetición hasta el cansancio de las mismas escenas de desnudos sin justificación alguna, porque poco aportan al desarrollo de la trama.