Un progreso lento y constante, es mejor que las excusas diarias. Robin Shorma, escritor canadiense
Cuauhtémoc Monreal Rocha.- Nos vamos a enfocar, en esta entrega, en el gobierno del Estado de Chihuahua. ¿Por qué? Si quieren, lean.
Maru Campos, como gobernadora, hace días dio a conocer públicamente, un evento al que simplemente llamó “Un año de Grandes Transformaciones”, indicando que desde junio del año pasado tomó esta “sabia” decisión de iniciar un cambio en esta tierra chihuahuense.
De entrada, al leer la nota, nos quedamos atónitos, estupefactos, dubitativos, asombrados, incrédulos y todo lo que se les ocurra al respecto. Otra vez ¿por qué? Pues porque la “góber” no explicó qué tipos de transformaciones hará, no aclaró el fonema, para escribirlo de alguna manera.
Le quedó muy ambiguo a nuestro leal saber y entender que, aclaramos, es mínimo, pero no importa; creemos que debió haberlo definido más explícitamente para tranquilidad de todos los que habitamos en la tierra de las liebres orejeras y los pinos de Majalca.
Porque si algo necesita una transformación urbana urgente, es esta tierra del Bravo, tan abandonada, tan descuidada, tan olvidada por gobernantes y gobernados. Baste citar 6 años de gobierno priista y cinco años de gobierno independiente, para citar solo los últimos años de administración municipal y casi un año de gobierno panista-morenista, donde la ciudad del cerro Bola no vio, ni ve, ningún cambio urbanístico, que tanta falta le hace y si nos vamos más lejos, desde hace más de 60 años 60, ninguna esfera gubernamental ha hecho nada para transformar a la olvidada H. Ciudad Juárez.
Ahora se quiere hacer una dizque Torre Centinela para cuidar a los juarenses y un centro de convenciones que, si se construye con alta tecnología, acorde al siglo XXI y no al ahí se va, como se acostumbra en las obras públicas, daría, qué duda cabe, una muy buena imagen a la ciudad y aquí se nos prendió como remate, el foco.
Para recibir visitantes, ¿no es necesario primero limpiar y arreglar la casa? Vale.