Fueron los hombres libres los que tomaron la decisión de que un señor cuidase de ellos. Ildefonso Falcones, abogado y escritor español
Cuauhtémoc Monreal Rocha.- Hacía muchos años que no salíamos de casa en domingo. Este fue la excepción y no fue por el calorón, sino porque decidimos dedicarnos al cultivo del huevo escuchando música con Alexa, esperando nos les vaya a parecer mal nuestra actitud, cuando nos hagan el favor de “lernos”.
Ahora vayamos al tema político porque el asunto está que arde con el circo, tour, le troup, el rally de las corcholatas o como usted quiera llamarle, donde se está derrochando el dinero de los contribuyentes a manos llenas.
Y es que el hombre de Macuspana quiere, a como dé lugar o a “huefe bofo”, que el próximo Congreso de la Unión tenga la mayoría total en ambas cámaras y de esta forma desconocer, para siempre, a la Suprema Corte de Justicia de la Nación , pues de lograrlo, ésta dejaría de ser un tribunal constitucional, para convertirse en una extensión de poder del Ejecutivo federal y eliminar definitivamente todo lo que estorbe para instaurar un obradorato con el títere o la títere que deje en Palacio Nacional y lo obedezcan ciegamente para continuar con la “transformación” de México, que tanto grazna como ganso Mr. Andrew.
Y vaya que sus corcholatas le siguen la corriente a su caudillo, porque desean con toda su alma, sentarse en “La Silla Embrujada” y quieren ser ungidos, para tal ambición política, por el dedo del hombre más poderosos de México a quien Adán Augusto (lástima de nombres en tal hombre), espera con paciencia franciscana, ver si el destino le es benevolente, porque los tiempos del señor son perfectos, como tanto lo cacarea, en sus mítines de acarreados, queriendo creer nosotros, que cuando se refiere al señor, se refiere no al Señor de la doctrina cristina que está en el cielo y en todo lugar, sino al Viejo AMLO. ¿No lo creen así?
Adán Augusto, sabe de disciplina, de obediencia ciega, de lealtad, de lambisconería, de abyección. Basta y sobra que se educó en la otrora aplanadora Partido Revolucionario Institucional, al igual que el carnal Marcelo, Monreal y el jefe de todos ellos y de Claudia, que cuando la vemos en la tele, de inmediato nos acordamos de “La Patética” de Beethoven. Cuando el tiempo se los permita, escuchen esta preciosa sonata “betoviana”. Si quieren. Vale.