Los individuos influyentes tienen siempre dificultad en digerir leyes que establezcan un poder capaz de poner coto a sus caprichos. Thomas Hobbe, filósofo inglés
Cuauhtémoc Monreal Rocha.- Gabino Barrera, según un gacho corrido mexicano, era un tipo pendenciero y no entendía razones andando en la borrachera y Manuel López, el que vive en un palacio con todos los gastos pagados, tampoco entiende razones, aunque solamente anda con la borrachera política que no lo deja ni dormir; en eso se parecen aquél y éste: no entienden razones.
La “Víctima” palaciega, no razona, es caprichudo, calzonudo, no atiende más que a los dictados doctrinarios de su conciencia y en horrendo contubernio con la Secretaría de Educación Pública, está atentando contra la educación escolar de los niños mexicanos; desesperadamente el Viejo, víctima de sus propios errores, ahora quiere convertir a esos futuros ciudadanos, no en seres pensantes, en seres libres, en seres con dignidad, sino en entes adoctrinados, en tontos útiles, como quienes lo rodean en el gabinete.
La 4T, con todo el apoyo de su “amado líder”, quieren falsear a toda la costa, la historia y quieren imponer una educación fuera de todo rigor científico y sin consultar siquiera a los padres de familia, mucho menos a los pedagogos de este país. Quieren, según ellos, revolucionarles la conciencia a los niños para convertirlos en hombres de pensamiento encadenado, ya que el contenido de los mal llamados libros de texto gratuito, tienen una enorme carga ideológica como si la ciencia y las artes no existieran.
Pero Andrés no entiende razones, ni carga pistola con 6 cargadores 6 para darle gusto a cualquiera, pues es lo que menos le gusta, solo sus caprichos son válidos y guay de aquel que lo contradiga, sería calificado olímpica y mínimamente como apátrida o enemigo del pueblo “vueno y savio”. ¡Qué negro futuro el de la niñez mexicana, pues toda ideología es un ardid para crear una sociedad! Vale.