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La tentación

La virtud no es nada sin la prueba de la tentación, porque no hay conflicto sin enemigo, ni victoria sin lucha. Papa León XIII

Cuauhtémoc Monreal Rocha.- No hay en quien confiar dentro del gobierno de este país, desde que la corrupción y la impunidad, fueron institucionalizadas en los gobiernos revolucionarios y hoy, este cáncer o metástasis, fue debidamente aprovechado por el gobierno de la 4T o morena, para llegar el poder y tratar de perpetuarse en él, para, con el tiempo, abolir la libertad y consecuentemente la democracia, con la falacia de que… “por el bien de todos, primero los pobres”; negarlo es necio.

La Marina de guerra mexicana había sido, hasta hace pocos días, ejemplo de honestidad y honradez, hacía gala del honor, del deber y de la lealtad a México, no al presidente(a) en turno, lo que le daba (y creemos que aún le DA), una imagen limpia, prístina, impoluta, clara; de pronto, algo pasó y la corrupción, protegida por la impunidad, aparecieron, vencidas por la tentación, ese estímulo que induce al individuo, al deseo de obtener algo indebido o ilícito, sin medir las consecuencias.

Ante esta situación, la “creme de la creme” de las fuerzas armadas de esta vilipendiada nación, perdió su “charm”, su encanto, por culpa de unos cuantos elementos de alto rango, que olvidando sus enseñanzas académicas como el honor, el deber y la lealtad a su Patria, sucumbieron ante la tentación, mandando al diablo, como en su momento lo hiciera el clásico, a la institución educativa que les dio todo, para, por el sendero de la rectitud, triunfar en la vida como hombres de bien y orgullo de México.

De inmediato, las alarmas sonaron por todos los rincones de Palacio Nacional y las más altas autoridades gubernamentales, para pronto trataron de tapar el sol con un dedo, respecto al escándalo huachicolero y el enorme fraude fiscal, donde están incluidos, no solo algunos malos marinos, sino empresarios de todo tipo, gobernantes, funcionarios públicos, instituciones bancarias, PEMEX, simples trabajadores y marinería civil, profesionales del derecho, capitanes mercantes, etc.

El escándalo, incluido el de “La Barredora”, ya no se pudo ocultar, el huahicol (robo de combustible) y el fraude fiscal, fueron noticia internacional (maldita tecnología) y la moneda está en el aire; ya se tienen muchas caras, pero ningún cerebro, ningún autor intelectual o protector de tanta corrupción.

¿Qué pasará con este nuevo escándalo, donde hay una gran cantidad de altas personalidades gubernamentales, políticas, civiles y militares involucradas? ¿Se dará con el autor intelectual? ¿Por fin la jefa del Ejecutivo Federal, se sacudirá de “La Sombra del Caudillo”? Porque, constitucionalmente, según nos lo hicieron saber los estudiosos del Derecho, que no debe haber, al mismo tiempo, en México, un presidente y una presidenta. Vale.

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