Dr. Fernando Antonio Herrera Martínez.- La tiranía es consecuencia de una democracia que le da todo a un solo hombre. En el caso de México, en 2018 la ciudadanía votó en contra del abandono, la exclusión y el corrupto pasado y sus gobiernos fracasados. Otros dicen que votaron por Andrés Manuel López Obrador; en cualquier caso, lo cierto es que el voto le dio a una persona la Presidencia, la mayoría calificada en las dos cámaras y hasta la fecha 20 gobiernos en entidades federativas y más de mil municipios.
El poder obnubila y trastorna, también desgasta, o legitima y lo hace cada día, con cada acción o decisión que se toma. La legitimización o el desgaste son consecuencias de sus actos, pero el trastorno lo provoca la corte, entendidos de que se trata de sus colaboradores más cercanos.
La obnubilación ocurre cuando el gobernante se cree lo que le dicen, o peor todavía, lo que él mismo se dice, de ahí nace la megalomanía que es cuando se cree sus propias mentiras y el mesianismo que es cuando te crees el único salvador del pueblo. La democracia se esfuma, difuminándose primero despacio, luego con rapidez inaudita y se convierte en autoritarismo y si la gente lo sigue apoyando vendría la tiranía y/o la dictadura.
México es más que eso, lo ha demostrado a través de su historia. México reaccionará y lo hará como mejor sabe: eligiendo a la persona o personas que necesite para salir del bache enorme que se creó con la decisión del 2018; también se puede decidir darle más tiempo y autoflagelarnos hasta el cansancio y algún día todo cambiará. Lo único cierto es que los votantes decidirán cómo, cuándo y con quién.
El tiempo, el peor enemigo
Cuando dejas hacer, dejas pasar, la bola crece solita hasta que te aplasta. Si no actúas a tiempo ese perro que ladra cada día, va juntando más y más hasta tener una jauría para derrotarte. Si las elecciones federales próximas le dan oportunidad a esa bestia, colocándolo en una posición de poder y fuero, no habría manera de que se aplique justicia por parte de Chihuahua. Si no se detiene a tiempo al perro que ladra y lo dejas que junte jauría, perderás la oportunidad y entonces la derrota será inevitable.
El tiempo es el enemigo número uno de quienes gobiernan, apenas voltean a ver cómo van y ya están pasados los meses, los años y te enteras de que no vas al ritmo que deseabas o prometiste. Y pueden pasar dos cosas: corregir y limpiar el gobierno o continuar dejando hacer dejando pasar, y la historia será tan dura como con los anteriores.
El gobierno actual no puede darse el lujo de salir como ninguno de los dos anteriores. El tiempo se está volviendo el principal enemigo. Y la acción que no se hace ver y se informa cada día es como el peor plan de trabajo. La gente tiene que estar enterada de todo cada día y el gobierno debe actuar a tiempo antes de que los enanos le crezcan y se le suban en el lomo. Dejar pasar el tiempo fortalece a los contrarios.