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Javier Corral no recibió consulado ni embajada

Dr. Fernando Antonio Herrera Martínez.- Javier Corral no recibió consulado ni embajada por su nacionalidad. Pero, aun así, el presidente mintió para cubrirlo, diciendo que tenía doble nacionalidad. “Invité a participar a Javier, pero no puede, tiene doble nacionalidad y para ser embajador se requiere ser mexicano”. ¡Si tiene doble hay que renunciar! Repitió el presidente.

El presidente cuando perdona no anda con medias tintas, no lo mandó a Cuba ni a otro lado, pero lo cubre con su manto protector; por supuesto, esto después que Javier se humilló y dobló las rodillas frente a él, pidiendo perdón por los deslices y/o desobediencias cometidas.

Ahora va por ahí atacando a Maru a diario, apoyado por algunos amigos que le quedan en los medios, como uno del periódico El País, que desde siempre le ha brindado cobijo y defensa. Igual que recibe ayuda de Carmen Aristegui, Denisse Dresser y de Proceso.

También, entre los llamados intelectuales a los que Javier cree pertenecer. Javier no es intelectual, su título es patito, de una plataforma de internet, pero tiene verbo, dirían algunos para destacar su oratoria, nada más allá.

Javier es autodidacta (muy loable), pero a la vez, el diablo por sus debilidades. La vida evoluciona y ahora todo es socialmente aceptado, pero igual se repudia lo que se consigue con el abuso del poder. Una relación de pareja es normal, sea cual sea el sexo de uno y otro o de ambos, pero se vuelve repudiable cuando es a la fuerza, por amenazas y más con el uso y abuso del poder.

Esos son los pecados de Javier; no su preferencia, que sería normal con el comportamiento adecuado, pero el manto de López Obrador le alcanza para tapar la corrupción durante su gobierno, ahora impune. Los abusos de poder, extorsiones, torturas y la ilegal cárcel a los indiciados por los expedientes X siguen impunes por ese apoyo de Andrés Manuel.

Sus compinches también impunes porque él supo doblar las rodillas. Los demás que se pudran. Que la justicia se aplique, pero en los bueyes de mi compadre. Maru tiene ganas del desquite, pero no se atreve contra los deseos del presidente. ¿Y a falta de pan? Tortilla.

Hace bien en tenerle miedo al presidente, cuando castiga es implacable, pero cuando perdona es magnánimo. Nada le importa, ni el tamaño de la corrupción. Ovalle, en SEGALMEX, es el mejor ejemplo de gratitud con los amigos; su hermano del alma, Julio Scherer, de sus leves enojos, pero el cariño a los amigos de la época de niños no tiene comparativo. Basta ver a Garduño en su puesto con más de 40 muertos en su lomo.

Claro que no somos iguales, dice el presidente. Ayer dijo que los gobernadores de Tamaulipas y Veracruz eran excelentes personas. Así es el presidente: no miente, nos engaña con la neta. A veces me pregunto: ¿creerá sus propias mentiras?

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