BUENOS AIRES- La compleja situación inflacionaria por la que atraviesa Argentina tiene entre sus causas factores internos como la puja distributiva, pero también externos como la política monetaria de Estados Unidos que agravan el panorama económico, sostuvo el economista argentino Hernán Bergstein.
El profesor de Economía en la Universidad Nacional de Quilmes dijo en entrevista con Xinhua que la subida de precios en EU, así como de las materias primas en el mercado internacional, además del aumento gradual de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal (Fed) estadounidense, generan turbulencias en las balanzas de pago de las economías periféricas, incluida la de Argentina.
A su juicio, estos incrementos de precios impactan a su vez de manera importante en las condiciones de la deuda.
“Si nosotros empezamos a descifrar los motivos de la inflación en Argentina, un poco tiene que ver por la lucha de clases (puja distributiva) que se da desde hace muchos años en el país”, expuso.
En este sentido, argumentó, “por un lado, estamos los trabajadores que pedimos mayores aumentos para tratar de sostener nuestro nivel de consumo. Por otro lado, la clase empresaria también aumenta los precios para aumentar sus sus ganancias”, una situación que “se acrecienta con el aumento (de precios) a nivel internacional”.
“Y a todas las variables y explicaciones que le damos a este aumento podemos sumarle lo que está pasando a nivel internacional” y “Estados Unidos de alguna forma es un poco responsable de ese aumento”, agregó.
El también docente de la Universidad Nacional de Lanús expuso que se observa una inflación a nivel mundial y Argentina no es “la excepción”.
Por un lado, explicó, el aumento de los precios de las “commodities” (materias primas) ha impactado de manera negativa a Argentina a través de las importaciones de bienes primarios como la energía, con un consecuente incremento en los productos finales.
En tanto, continuó, un aumento en las tasas de interés por parte de la Fed podría apuntar a una estabilización de los bienes primarios, pero afectaría al país sudamericano por el menor valor de las exportaciones, la salida de flujos de dinero y el encarecimiento de la deuda en dólares.
“El capital de alguna forma busca la mejor retribución, las mejores tasas de ganancias, y el hecho de que Estados Unidos esté pagando más, hace que sea interesante llevar los capitales de países periféricos hacia Estados Unidos”, expuso Bergstein.
Respecto al encarecimiento de las condiciones de la deuda, indicó que un hipotético escenario de sostenimiento del aumento de tasas intensificaría la crisis en las economías más perjudicadas, que en el caso argentino sería “sobre todo por los acuerdos que tenemos con el Fondo Monetario Internacional (FMI)”.
“Tendríamos que ir a pedir nuevamente algún tipo de quita de intereses o alguna forma de patear a futuro los pagos, porque se nos pondría más complicado”, consideró.
“El aumento de tasas en Estados Unidos implica menor inversión a nivel mundial y esto también puede significar que tengamos dificultades para exportar nuestros productos”, complementó el académico.
Argentina registró en febrero pasado una inflación del 102,5 por ciento respecto a igual mes de 2022, el valor más alto en 32 años.
El vertiginoso aumento de los precios llevó al Banco Central de la República Argentina (BCRA) a subir la tasa de interés 300 puntos básicos hasta el 78 por ciento.
Analistas privados consultados por el BCRA han estimado que los precios en la nación sudamericana alcanzarán los tres dígitos en 2023.
Para el profesor universitario, entre las estrategias que podría desarrollar Argentina en lo externo está la de “pensar alternativas al dólar” para determinadas transacciones comerciales y así “tratar de esquivar un poco los efectos y los ‘shocks’ que salen de Estados Unidos y que nos pegan fuertemente”.
Xinhua