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Habla para que yo te vea

Dr. Arturo Castro.- Habla para que yo te vea es una frase célebre de Sócrates, aquel griego que en filosofía era especial. De aquellos años a la fecha pasaron muchos siglos, pero todo ha cambiado para permanecer igual. Esta es una de mis frases favoritas.

La sociedad está cansada de hablar, incluso de gritar, para ello lo hace en soledad, en equipo y hasta en sociedad, le habla a quienes toman las decisiones fundamentales del país, de su estado y de su localidad.

Son palabras sin retorno, el gobierno mexicano es un sordo que habla mucho, pero no entiende las necesidades reales de la gente, regala dinero, despensas y hasta engaños acerca de ciertos eventos que suceden con frecuencia y son mentiras nada más.

El gobierno de hoy se la pasa hablando, sin hacer aquello que realmente cambie al país, el presidente parece un ser humano de buena voluntad, pero sus fantasías no llegan al común, es un fraude mental que requiere psicoanálisis.

La política es de todos aquellos que quieren estar en ella, como protagonistas o como observadores, es aquel arte de servir y esperar ser servido, es un acomodo social de conformidad en todos los tiempos, y en el que se espera más de ello.

Habla para que yo te vea es una singular expresión, el que no habla Dios no lo oye es algo parecido. Sócrates examinaba la dinámica social de sus tiempos que son iguales a los de ahora, antes con leones en el Coliseo romano, hoy parecen las mismas fieras en las redes sociales de cualquier tipo.

La sociedad tiene la palabra a través de su voto todo el tiempo, la engañan y se engaña sola, al confiar en personas que nada tienen que hacer en política, los que le saben a ello, persisten a pesar de los cambios, son profesionales y de eso viven.

Los políticos viven de sus ideas y de sus sueños, la parte económica llega sola, no se busca; sin embargo, los que llegan al poder y manejan presupuestos hacen de su tarea una rapiña insaciable, es una pena común, más que ajena.

Hablar para ser visto es necesario; no gritar, sino razonar con criterio personal es lo que se demanda, la conciliación es necesaria cuando en un debate hay un potencial abusón y una víctima más de un sistema político que persiste a pesar del triunfo de cualquiera.

La economía no se inmuta, los ricos del pueblo son los mismos, acompañan a cualquier presidente a cualquier reunión nacional o internacional, parece un fraude hacia la sociedad, lo es.

Habla para que yo te vea decía Sócrates, estoy de acuerdo.

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