Raúl Ruiz.- A punto de sucumbir el T-MEC. ¿De qué se trata? Un pleito automotriz por incentivos que el gobierno de Joe Biden pretende otorgar a los norteamericanos para comprar un auto. A cada norteamericano con permiso para conducir se le otorgará un crédito por 13,000 dólares si compran un auto eléctrico, totalmente fabricado en los Estados Unidos.
Esto no va a ser mañana, está programado para 2027, pero es un golpe bajo a los acuerdos comerciales. Tatiana Clouthier se puso el casco de guerrera y prendió la mecha. Cómo estará de encabronada la secretaria de Economía, que hasta la COPARMEX respalda su propuesta de represalia contra los gringos si se empecinan en hacer esta trastada comercial.
“¿Qué no somos socios comerciales?, dijo Tatiana en una entrevista. “¿O nada más cuando les conviene?” Y tiene mucha razón. Los gringos son así. De darse este proyecto, la industria automotriz mexicana, canadiense, europea y japonesa, saldrían del mercado ipso facto.
¿Por qué? Porque el mercado sería tan grande, que las armadoras de autos en México y otros países buscarían establecerse en Estados Unidos para conseguir esos clientes. El pretexto es infantil.
Dicen los gringos que es su aportación al planeta contra el efecto invernadero, pues se trata de la manufactura de autos eléctricos. Y es que los gringos quieren mamar y dar topes.
Recordarán ustedes que los mexicanos estamos impedidos, según el tratado de Bucareli, a producir maquinaria nacional, autos, aviones y otros productos por cien años, que por cierto se vencen en el 2023. Pero ahora, quieren hacer tronar la industria automotriz.
Por lo pronto, Tatiana trae el respaldo del presidente, Andrés Manuel López Obrador, quien ya está en pláticas con sus pares canadienses, franceses y alemanes para entrarle a la guerra comercial si este incentivo avanza con el falsario Biden.
Este incidente pone a Tatiana también en el arrancadero para las candidaturas del 24. De mí se acuerdan.
Mientras pasa este culebrón, yo me preparo un ponchecito de frutas con mezcal.