Daniel Valles.- Este miércoles se han reunido, por primera vez, las personas que aspiran a ganar la elección por la Sindicatura de Ciudad Juárez, posición que en la administración y ante la opinión pública no es una que cause gran relevancia. La falta de autoridad legal propia la ha revestido así. Es una figura casi de ornato.
Eso sí, se le adjudica o se le quiere ver con otro tipo de autoridad: la moral, la autoridad ética. Aparentemente vive de postulados que tienen que ver con la honradez y la justicia. Lo primero, puede que cambie a partir de la siguiente administración y por supuesto que estaría supeditado a la persona que se elija para el cargo.
Eso me ha quedado claro después de asistir el foro convocado por Líderes por Juárez, una Asociación Civil apartidista, que se ha dado a la labor de convocar a las personas que los partidos han postulado para las posiciones de gobierno, estatal y municipal, para conocer de primera mano los planes y propuestas que cada persona ha desarrollado, para que, en caso de ganar la elección, su administración se rija por esos mismos.
Es un ejercicio por demás provechoso, en el que la persona que es observadora y está atenta, puede llegar a discernir no solo la capacidad de estas personas, sino las “intenciones”, los deseos, sanos o insanos y, sobre todo, si tiene alguna idea de qué es a lo que aspira o si anda en esto, como se dice, por el “hueso”.
Eso vi, precisamente el día de ayer. En un conocido restaurante de la Gómez Morín, se han reunido casi todos los candidatos y solamente una de las candidatas. Faltaron Vicky Caraveo Vallina de Redes Sociales Progresistas y Gabriela Gutiérrez Montañez, de Fuerza Por México.
Hicieron falta para haber podido conocer lo que pretenden y, sobre todo, quién es la de Fuerza Por México. Sin embargo, el evento prosiguió sin sobresaltos y cumpliendo una agenda preestablecida, con un eficiente tomador de tiempo para cada candidato y para la candidata.
Puedo decirles que quienes participaron, con una sola excepción, saben de lo que se trata y pudieron exponer no solo ideas vagas, sino un plan detallado y con sentido. De hecho, algunos de ellos se metieron a estudiar las bases históricas de la figura de la Sindicatura.
El grado de preparación académica es más que aceptable en casi la totalidad de las personas que aspiran a la posición. La mayoría cuenta con carreras universitarias, maestrías y hasta varios doctorados. Empresarios reconocidos en sus ramos y con experiencia en la administración de negocios. ¡Ah, pero eso no me emociona, porque es garantía de nada!
Los malos gobiernos han estado encabezados por personas con esas mismas características de escolaridad y preparación y ya conocemos los resultados. No han sido los deseados, menos los prometidos y, no ha sido por falta de preparación, como sí de voluntad política.
Como menciono, casi todos saben de lo que se trata y buscan que la Sindicatura, como dicen, tenga dientes o la autoridad funcional de ejercer sanciones cuando encuentren anomalías en los dineros públicos.
Seis de las siete personas saben que hay que combatir la corrupción oficial, buscan la transparencia y un nuevo marco legal para tener la capacidad legal de proceder a cuidarle las manos a las personas que ocuparían las direcciones municipales y la misma presidencia municipal.
Es claro que buscan una metamorfosis de la Sindicatura y que ésta sea permanente. Digo seis de las siete personas participantes porque la candidata de Morena a la Sindicatura fue la única que no expuso un plan de operación de la misma. Expuso una ideología partidista e invectiva para señalar que ella no tiene estudios, pero sí un gran amor por Juárez. Algo muy subjetivo.
Bueno, todos sabemos que las ideologías sin preparación académica y sin un sentido de orden, no funcionan, porque se está sometido a eso mismo, a la ideología. Me quedó claro quién sí puede ser un buen síndico, poner orden y tomar en cuenta a la sociedad civil.
También me quedó muy claro quién sería solo una figura decorativa. Independientemente de quien ganara la presidencia municipal. Y peor, si fuera de su mismo partido. Por ello, hay que conocer no solamente las propuestas y los planes, sino a la persona.