La imprudencia suele preceder a la calamidad. Apiano, historiador alejandrino
Cuauhtémoc Monreal Rocha.- Las palabras dichas por… ustedes ya saben quién el 18 de marzo en el Zócalo, con motivo del aniversario del mayor mito histórico mexicano, o sea, la mal llamada Expropiación Petrolera, no transformarán a Petróleos Mexicanos (Pemex) ni tampoco lograrán que la petrolera más endeudada del mundo cambie, pues como la empresa de clase mundial (?) CFE, sigue siendo un enorme barril sin fondo.
En cuando a la cacareada soberanía nacional, la misma es tan chiquita dado nuestro enorme subdesarrollo, que prácticamente no existe más que para los izquierdistas de huarache que padecemos y que se desgarran lastimeramente las vestiduras; así que el acarreo del bienestar solo sirvió para tirar a la basura, más dinero de los contribuyentes mexicanos, sin que haya transparencia en cuanto al costo del acarreo, por ser éste, según tesis presidencial, un asunto de seguridad nacional.
Ahora bien, ¿qué pasará si por las palabras imprudentes del Viejo, los gringos un buen día nos invaden como “masiosares” o deciden no enviar a sus primos los mexicas, ni diesel, ni gasolina, ni gas, ni ningún producto derivado del petróleo? He allí la gran incógnita; por lo pronto habría en este México nuestro, muchos apagones en todos los sectores, pues el monopolio eléctrico de nuestro país se mueve con gas importado de Estados Unidos.
Y ni modo, que siga el mito de que el petróleo es nuestro y que la CFE es una empresa de clase mundial, empresas estatales que solamente han enriquecido a funcionarios administrativos, gobernantes, líderes sindicales y políticos de todas layas, gracias a que se instituyó por los gobernantes priistas (incluimos a Lázaro), la corrupción protegida por el sagrado manto de la impunidad, que no tiene para cuándo desaparecer aun en este sexenio de la 4T.
¿Y el pueblo de México? Feliz, feliz, feliz… Vale.