Dr. Omar Bazán Flores.- La Ciudad de México presentó una innovación en la gestión de basura electrónica con un modelo regulatorio que podría adoptarse en Chihuahua, frente al creciente problema ambiental que representan los residuos eléctricos y electrónicos (REE).
Y es que la capital ha implementado una norma ambiental pionera que establece cómo deben recolectarse, manejarse y disponerse estos desechos. La regulación busca mitigar el daño al suelo y al agua por metales pesados como el plomo o el mercurio.
Todo lo anterior bajo el ideal de una transformación ambiental con participación activa del sector privado y de la ciudadanía.
Los desechos tecnológicos terminan en tiraderos clandestinos o basureros comunes, contaminando el suelo y el agua, de ahí la importancia de esta norma.
El objetivo principal de esta regulación es claro: establecer criterios técnicos y ambientales para que los REE sean recolectados, almacenados, transportados, tratados, reciclados o eliminados adecuadamente, bajo condiciones seguras y supervisadas.
Aunque se requiere mucho para una aplicación al 100 por ciento, puedo compartir que ofrece un norte para replicar un marco legal sólido, con obligaciones claras, mecanismos de vigilancia y espacios de participación.
Sabiendo que su éxito no es solamente de un solo sector, sino de los privados tecnológicos: fabricantes, importadores y vendedores de equipos que deben asumir obligaciones reales de responsabilidad post venta, recolección, reciclaje y con la ciudadanía.
En el análisis del marco legal asentado en la Gaceta de la CDMX, puedo agregar que, entre las innovaciones tecnológicas deben existir opciones de reciclaje, recuperación de materiales, diseño de productos menos contaminantes, reparabilidad, etc.
Si las empresas tecnológicas mexicanas se comprometen con estos valores, más allá del cumplimiento regulatorio, la norma puede dejar de ser un mero requisito para convertirse en palanca de transformación ambiental, económica y social.
Empero, la legislación por sí sola, representa un antes y un después en la gestión ambiental de la Ciudad de México.
Más aún, no puedo dejar de mencionar que la legislación ha sido la detonadora de los avances logrados, no solo en su recuperación post consumo vía los reciclatones, sino también de los programas de las propias empresas de su cadena de valor (como Steren) –que explico más adelante– para implantar la logística inversa a manera de que los consumidores los podamos retornar para que se reciclen en cumplimiento de la responsabilidad compartida prevista en la NOM-161-SEMARNAT-2011 de planes de manejo de residuos de manejo especial.
Steren es una empresa mexicana dedicada a la comercialización de productos electrónicos, utiliza materiales que cumplen y superan los estándares ambientales que solicitan las autoridades.
Se aceptaron diversos aparatos electrónicos, como equipos de cómputo, celulares, televisores y otros electrodomésticos en los 80 centros de acopio previstos en sus tiendas de la Ciudad de México.
Sustituyeron las cajas de cartón por cajas de plástico retornables para la distribución de sus productos, para que se regresen a su almacén y se vuelvan a utilizar. También suprimieron cintas adhesivas y flejes innecesarios. Aplicaron, además, estrategias de descarbonización: Planificación de la distribución y ventas omnicanal.

