Dr. Fernando Antonio Herrera Martínez.- López Obrador, el presidente, ha recurrido al desacato para violar fallos judiciales. El 28 de junio de 2021 la Suprema Corte decretó inconstitucional prohibir el consumo de marihuana, pero ni su gobierno ni los legisladores han hecho nada para despenalizarla.
En 2022, se otorgó una suspensión para detener las obras del tramo 5 del Tren Maya, pero el presidente simplemente decretó que la obra era de seguridad nacional, para brincar el fallo judicial.
En estos días está la orden de una jueza para nombrar comisionados del INAI en 48 horas, plazo que ya se cumplió y los senadores hicieron mutis porque prefieren obedecer al presidente que a la jueza del Poder Judicial.
El presidente sabe lo que significa el desacato, pero no le importa porque a fin de cuentas un juez no puede ir personalmente a obligar a que se cumpla lo instruido, sino que debe auxiliarse de los otros poderes, en este caso del Poder Ejecutivo a través de la Fiscalía General de la República (FGR), lo cual resulta risible pues nadie se atrevería a ir contra los senadores miembros de la JUCOPO, que son el objeto del fallo de la jueza.
Eso se llama burlar la justicia amparados en la incapacidad material del Poder Judicial para ejecutar y meter en la cárcel a quienes caen en desacato por faltas a sus decisiones. Ya lo dijo el presidente: “Y que no me vengan con el cuento de que la ley es la ley”.
La crisis institucional que se provoca no es materia de importancia para el presidente, pues él siente que su investidura está por encima de todos los poderes. AMLO no entiende lo que es México, lo que una República con tres poderes iguales, pero con distintas tareas. Él manda, guste o no. El desafuero, cuando era Jefe de Gobierno, hubiese impedido todo, hasta lo de hoy, pero se le aflojaron las rodillas a Fox.