Mario Ochoa Balbuena, quien trabaja desde hace 11 años en el Instituto Mexicano del Seguro Social, tuvo un accidente de trabajo hace dos años por el que quedó afectado de su espalda y desde entonces ha vivido un calvario para lograr ya sea su reubicación donde no le perjudique su salud o que lo jubilen por incapacidad por riesgo de trabajo.
Lo que solicita no está fuera de la ley, pero en el interior del departamento de Salud en el Trabajo no le han hecho válidos los dictámenes médicos y hasta el sindicato que debe apoyarlo no lo hace.
“Tuve un accidente de trabajo en el 2016, tengo una lesión grave en mi columna, no me la trataron a tiempo y se le hizo una hernia, pero en el 2020 no le valieron como una recaída, no sé si son asuntos entre ellos, pero lo vi mal porque tengo todos los documentos correspondientes y no me hacen caso”, mencionó.
Tiene deudas que se siguen acrecentando, por lo que espera llegar a un acuerdo, pero no el que le propusieron para deshacerse de él, sino el que sea justo, porque el accidente lo tuvo mientras laboraba.
Le ofrecieron un finiquito de 200 mil pesos, pero no aceptó, lo que pretende es que lo pensionen para seguir tratando su lesión, pero ni el sindicato ni otras autoridades le resuelven nada.
Dijo que desde ese tiempo solo recibe el 60 por ciento de su salario y no puede ver a ningún especialista por fuera por la misma situación. Además, su familia depende de él y no le alcanza con lo que le dan y tampoco mejora
La demanda sigue en curso y cuenta con todos los documentos necesarios para demostrar que no es una cuestión de leyes, sino de personas que están bloqueando e impidiendo que su caso siga su curso, como es el sindicato que no le da ninguna solución.
Juárez Hoy