Dr. Arturo Castro.- Nada es para siempre y la obra pública de beneficio social provoca la evaluación de resultados a corto, mediano y largo plazo; es importante planearla bien, no sobre contratos elaborados en escritorios de otra región del país, ajeno a los intereses y realidad de la frontera, porque entonces aparece un ambiente de locura que solo la sociedad conoce por demás.
Reparar calles y puentes en una zona expuesta al intenso tráfico local e internacional promueve acciones inmediatas de redirección de rumbos para llegar a ese lugar de conveniencia llamado destino, se trata de entender al gobierno, cuyo pendiente aún tiene la conciliación de superar las dificultades de la obra a través de los señalamientos respectivos que definan el rumbo a retomar.
El inicio de la reparación urbana en la zona de El Chamizal ocurre cuatro días después de lo anunciado una semana antes, se cierran los caminos sin opciones de saber qué hacer que no sea un oficial de tráfico en los cruceros o seguir a otro vehículo pretendiendo que este conoce a dónde va.
La ruta peatonal continúa intacta, los vehículos se ven envueltos en la metamorfosis de rutas que parecen claras y hoy convertidas en largas filas frente a la infidelidad de los semáforos que no saben a quién darle el pase, ya que quienes circulan demandan color verde para no llegar tarde a donde van.
Quienes van al volante intentan descubrir qué hacer, la cuestión es de días para conocer las opciones viables y así pasar de la confusión a la certeza de cómo llegar y salir de aquel lugar, con un rumbo seguro y sobre todas las cosas, aceptar las bondades de las decisiones públicas que sólo aspiran a tener una mejor ciudad.
La falta de señalamientos, vialetones bicicleteros y la desinformación motivan un caos que se debe superar, necesariamente es algo temporal, no hay luchas fáciles por mejorar lo que se tiene, ahora es hora de vencer la comodidad incómoda que se tiene en la zona, la razón debe superar el malestar urbano presente.
Pasaron muchos años para decidir invertir en el Puente Carlos Villarreal; anteriores administraciones municipales cotizaron un costo de hasta 300 millones de pesos, fue la principal razón para desistir del plan y continuar haciendo como que se trabaja urbanamente en una sociedad que hace como que acepta lo que tiene.
Existen horas pico en la normalidad cotidiana, hoy ese tiempo de acceso a instalaciones educativas y al puente internacional del área aumenta considerablemente, la hora de madrugar se intensifica, al igual que la preocupación de no tener problemas académicos y laborales.
La confusión urbana parece algo mejor que la circulación diaria en zona de baches, que la reducción de velocidad en calles que permiten mayor kilometraje o parquímetros en el Centro de la ciudad inservibles pero causan peculio monetario a la ciudad.
Una ciudad próspera que semeja una ingratitud de sus habitantes que va del significado de ser la mejor frontera de México a la de más violenta del mundo, igual es una confusión emocional que se desarrolla desde la pureza de los sentimientos en el armado del rompecabezas citadino.
Ciudad Juárez tiene con qué responder y estas acciones urbanas correctivas, se suman a la grandeza y desarrollo comercial e industrial para ofrecer un mejor espacio de vida local y a los visitantes que suelen llegar, mismos que se pueden regresar cargados de experiencias que les permitirá contarlas de la mejor manera.
Gobierno y sociedad como uno solo, pueden convertirse en un interesante factor de transformación, ante ello es imperante entender los intereses comunes y creados de todos y cada quien, la historia registra sin discriminar el carácter, comportamiento y acciones a toda hora, todo el tiempo.
La obra de reconstrucción citada, cotizada en 92 millones de pesos, dejará grandes beneficios que marcarán a la zona, dada la desaparición de jardineras instaladas casi a media calle, de dejar de ver esos muros de concreto anaranjados a un lado de uno de los puentes gemelos, como mensaje de que es peligroso acercarse a la orilla del mismo.
La certeza vale más que la confusión cuando se trata de hacer cambios para mejorar, en poco tiempo se conocerán las rutas alternas de circulación, tal vez descubiertas en el ensayo y el error de los automovilistas, cuya recomendación a ellos es calma y prudencia, paciencia porque el desarrollo implica una aportación social positiva.
Se esperan en el corto plazo obras concurrentes, reparaciones del daño vial en otras calles que causan los espacios de circulación de bicicletas inexistentes en esta, una de las ciudades más grandes del país, que también tiene caballos que se montan en corrales sin violentar el tráfico urbano de todos los días.
Bien por las decisiones que desea la ciudad, bien por la solidaridad y conciencia de probables perjudicados que van a ser los mismos beneficiados en poco tiempo. Ciudad Juárez es número uno, entona Juan Gabriel, que describe la felicidad de un hombre convertido en importante protagonista de la sociedad.
La confusión urbana es temporal, el esfuerzo social debe ser permanente.