La libertad de mi patria quisiera verla surgir entre alas, no entre charcas de sangre. José Martí, poeta cubano
Cuauhtémoc Monreal Rocha.- Ya se ha hablado y escrito mucho sobre la militarización o no de la Guardia Nacional, un ente creado por… ustedes ya saben quién, cuidando de no ponerle el calificativo de civil, o sea: Guardia Civil Nacional, quizá porque pensó que se saldría con la suya, militarizando al país. Nuevamente le falló al Viejo, quien no quita el dedo del renglón de eternizarse en el poder o de jodido, ostentarlo tras el trono. Allá él.
Lo que sí vemos mal es que al jefe de la defensa nacional, cada día se le olvidan las normas castrenses y que su lealtad debe ser primero al pueblo de México, todo; luego, a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y por último, al comandante en jefe de las fuerzas armadas o sea, el presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, aunque suene a redundancia, en la medida que éste -el Viejo-, se ajuste a cumplir con el mandato contenido en la Carta Magna.
El jefe de la defensa nacional, como militar, como soldado, también representa, de alguna manera, al Estado Mexicano y su lealtad no es solo hacia un gobernante o gobierno en particular, sino para toda la nación mexica, eso es lo que ha hecho ganarse el respeto de los ciudadanos, al Instituto Armado que él representa en este sexenio de la 4T.
Eso creemos nosotros como mexicanos que nacimos, vivimos y quizá muramos en un país libre, democrático y bajo un gobierno civil y no de una dictadura, como la que se nos trata de imponer a toda costa, bajo fútiles pretextos de libertad, seguridad, igualdad y soberanía nacional.
La seguridad pública en México debe estar a cargo de corporaciones policiales civiles, no militares, porque el entrenamiento de las fuerzas armadas se basa, única y exclusivamente, en el uso letal de la fuerza; saben de deberes, no de derechos civiles, como los ciudadanos que, con sus impuestos, les pagan el uniforme, sus haberes, prestaciones sociales y equipo bélico, para salvaguardar los intereses patrios y no los de particular alguno.
Los mexicanos, como país, como nación, como patria, queremos una policía civil, no militar, porque solo los pájaros que nacen en jaula creen que volar es una enfermedad. Vale.