Raúl Ruiz.- Para mí, el concepto de Ciudadanía Digital se refiere a la manera en que las personas participan, se relacionan y actúan en el entorno digital, con conciencia ética, responsabilidad social y sentido crítico. No es sólo saber usar la tecnología, sino saber vivir en ella. Veamos algunos aspectos clave…
Dimensiones de la ciudadanía digital
– Derechos y responsabilidades: Como ciudadanos digitales, tenemos derecho a la privacidad, la libertad de expresión y el acceso a la información, pero también la responsabilidad de respetar a otros y actuar con ética.
– Educación mediática: Saber evaluar la veracidad de la información que se encuentra en línea, identificar sesgos y evitar caer en la desinformación.
– Comportamiento en línea: Implica actuar con cortesía digital, prevenir el ciberacoso y fomentar un clima de diálogo respetuoso en redes sociales y plataformas colaborativas.
– Seguridad digital: Proteger nuestros datos personales, usar contraseñas seguras y conocer riesgos como el phishing o el robo de identidad.
– Participación cívica: Utilizar plataformas digitales para involucrarse en causas sociales, participar en debates políticos o promover el bien común desde el entorno virtual.
Para alguien como yo, que valora la construcción de espacios para el diálogo ético y la conexión entre culturas, la ciudadanía digital puede verse como una extensión simbólica del ágora moderna. Un espacio donde se entrecruzan voces, símbolos, derechos y responsabilidades en busca de una convivencia plena.
Para entrar en materia real, divaguemos un poco en el tema de la CURP biométrica. La ley que establece el uso obligatorio de la CURP biométrica como único documento de identificación oficial en México en la reforma a la Ley General de Población, aprobada recientemente por la Cámara de Diputados y el Senado. Esto ya está. Es ley, aunque se retuerzan los ultras como gusanos bañados en sal y limón.
Esta nueva versión de la CURP incluirá:
– Datos personales tradicionales (nombre, fecha de nacimiento, nacionalidad, etc.)
– Elementos biométricos como huellas dactilares, fotografía del rostro, iris y firma digital
– Formato físico y digital, válido en todo el territorio nacional.
Me gusta la idea.
Eso de andarle sacando copias al acta de nacimiento cada tres meses, para demostrar que eres tú y que sigues vivo… ¡Es una mamada!
Al parecer, los objetivos principales de la reforma son:
– Mejorar la verificación de identidad
– Prevenir fraudes y suplantación
– Facilitar trámites administrativos y búsqueda de personas desaparecidas.
Suena bien, aunque los constructores de truculencias nos quieran infundir temor y desconfianza. El hecho es, que la implementación de la CURP biométrica, será gradual, comenzando con un programa piloto en Veracruz y la Ciudad de México.
Aún no hay fecha oficial para su obligatoriedad nacional, pero se espera que el documento sustituya eventualmente a otras formas de identificación como la credencial del INE. Tendremos lo que resta del año para llenar la ficha con nuestros datos.
Preocupaciones
Hay preocupaciones legítimas sobre la privacidad con la implementación de la CURP biométrica en México. Aunque el proyecto busca mejorar la seguridad y eficiencia en trámites, diversos expertos y organizaciones han señalado riesgos importantes, que vale la pena mencionar.
Principales riesgos para la privacidad:
– Centralización masiva de datos biométricos: Al concentrar huellas, iris, rostro y firma en una sola base, se pueden crear atractivos blancos para ciberataques.
Sin embargo, aunque se perciba como una vulnerabilidad permanente, es prácticamente imposible falsificar el documento, pues a diferencia de una contraseña, los datos biométricos no se pueden cambiar. Necesitas cargar la cabeza del muerto para confirmar el iris. Y mocharle la mano para que concuerde iris con huella digital.
Dicen que, al tener acceso irrestricto a nuestros datos, las instancias gubernamentales podrían vigilarnos masivamente. Qué desgaste. Qué hueva. ¿Cómo para qué?
Personalmente, como muchos personajes de la vida pública, he sido permanentemente “vigilado”, investigado y amenazado, pero como no me guardo nada y lo que escribo, siempre está fundado, no corro el peligro de ser golpeado, secuestrado, encarcelado, mutilado o muerto. Ja.
A menos que les cause escozor la ironía con la que me expreso, pero siempre les recuerdo que el sarcasmo es cortesía de la casa.
¿Qué sí creo que pueda pasar? Que personas que no deseen o no puedan registrarse podrían quedar fuera de servicios básicos como salud, educación o programas sociales.
Estamos apenas descubriendo el futuro, nos falta más estudio, investigación y legislación. Nos hace falta ver más bax.
Es cierto que no hay suficientes garantías sobre cómo se protegerán los datos ni mecanismos claros de rendición de cuentas, pero si vamos a vivir sumergidos en el terror, el mundo se nos irá de las manos.
¿Estamos preocupados porque los datos biométricos de millones de personas puedan terminar en el mercado negro? Ya estuvieron ahí nuestros datos personales cuando vendieron la lista nominal del INE. ¿Recuerdan? Y no pasó nada.
Dicen que esto permite suplantación de identidad, fraudes financieros o incluso incriminación injusta. Eso ya priva en nuestra historia reciente y aún no se procesa la dichosa CURP biométrica.
Dicen los políticos, funcionarios públicos y líderes sociales que, al tener sus perfiles en la base de datos, son los más expuestos, pues sus datos pueden ser usados para espionaje, chantaje o manipulación política. ¡Cositas!
El espionaje existe desde antes y siempre habrá un Pegasus que nos observe. ¿Recuerdan este programa de espionaje? Aquí la ficha oficial.
Tarjeta Informativa
Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana | 07 de mayo de 2020 | Comunicado
Actualmente existe una investigación abierta por la adquisición del sistema Pegasus y su posterior destino.
Con relación al caso del programa de vigilancia conocido como Pegasus, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana precisa lo siguiente:
El programa Pegasus es una plataforma de origen israelí adquirido en la administración del ex presidente Enrique Peña Nieto en 2014 por el CISEN, hoy CNI.
Su licencia venció en 2017, sin que se renovara posteriormente.
Según datos del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), el sistema fue comprado por la entonces Procuraduría General de la República, institución que fue obligada a desinstalarlo por instrucción del INAI y en virtud del cúmulo de quejas que se recibieron sobre el uso discrecional que se le dio a Pegasus.
Esto en la época de Peña Nieto… Y nadie dijo nada. Dicen que ahora estamos en riesgo los activistas y periodistas. Argumentan que esta nueva ley es peligrosa en un “régimen autoritario”, como el que vivimos; el acceso a datos biométricos puede facilitar vigilancia, persecución o censura, dicen.
Sin embargo, nadie ha notado la vulneración de tu privacidad a través de las redes sociales. Al final de cuentas lo único que quieren de ti, es tu dinero. Tu privacidad como mina de oro.
Meta, Google y Amazon, entre otras, tienen tus datos completos. No sólo eso, tus deseos, tus intenciones y ¡Tus fantasías sexuales reprimidas!
Despístalos. Es divertido. Actualmente Facebook me manda información sobre aviones privados en venta. Hay buenos ofertones. Precios desde 1.5 millones de dólares hasta los 29 millones. Aún no he decidido cuál de ellos se ajusta a mi ritmo de vida y mi agenda internacional.
No se necesita un programa de identificación ciudadana para “robarte” tu identidad. Tú solito lo haces. Aquí una muestra.
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