Dr. Fernando A. Herrera M.- La ausencia de la gobernadora, justificada, tiene en un vacío de poder al gobierno.
Los vacíos en política son oportunidad para acelerados que se exhiben y dan de qué hablar. Esa indisciplina es consecuencia de la ausencia.
Existe una carencia de acciones claras contra la funeraria de Ciudad Juárez, la nula respuesta a los problemas que implica la corrupción en el municipio de Juárez, más en la seguridad pública y el manejo mafioso de la policía.
Hacerle al disimulo ante el estrepitoso fracaso de los exámenes de confianza en los cuerpos de seguridad pública, son también otra consecuencia del vacío.
Un jefe de policía se promueve, quiere ser gobernador; los alcaldes de Juárez y Chihuahua desatados ¿y nada llama su atención?
Se entiende que se ocupa de algo de extrema prioridad e importancia, pero por lo menos debiera encargar a un operador todos esos pendientes.
Y se dice esto porque hasta hoy los que están no han dicho nada; no hay una investigación generalizada de los crematorios, no hay consecuencias por lo que ocurre con la Policía de Juárez. Y que no nos salgan con que es autonomía. Esos delitos, que no descuidos, son de competencia de las autoridades estatales, pero ¿no hay nadie que muestre interés? Todo se apuesta al olvido y se le da atole con el dedo a la gente de lo que se investiga. Puro cuento y que todo se olvide. ¡Por Dios!
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