Inicio Perspectiva ¿Porqué los hijos se vuelven izquierdosos y ateos en la universidad?

¿Porqué los hijos se vuelven izquierdosos y ateos en la universidad?

Marcos Barraza.- Un fenómeno que se ve muy frecuentemente entre las familias, es la conversión de sus hijos en la Universidad, el abandono a los principios y valores con los que fueron formados en la niñez.

La explicación de bote pronto es la del ambiente universitario, izquierdoso y ateo que los contagia, podremos decir que este ambiente fue inducido desde los años setentas donde el marxismo fue impuesto en las universidades públicas y en las escuelas normales pero hay además otras causas profundas de este fenómeno.

En Europa, donde sí hay estadísticas, apuntan que el  70% de los académicos se identifican como de izquierda, pero no solo eso, la cultura que se genera en esos lugares es cada vez más hostil a los valores tradicionales o hacia cualquier afirmación que se pueda hacer de los grandes logros de la cultura occidental, y eso permea a la prensa, burocracia y a las universidades.

Los intelectuales quieren identificarse por fuera de la comunidad observándola y juzgándola de todos lados y por consiguiente critican lo que hacen las personas normales para sobrevivir.

No se identifican con el estilo de vida que les rodea e intentan crear otro tipo de identidad mediante su posición crítica, esto se exacerba en México donde los salarios de los maestros universitarios están arriba de la media y con altas prestaciones, pero abajo de las utilidades de algunos empresarios sin estudios universitarios.

En cierta ocasión me comentaba un amigo con dos maestría que ¿Cómo era posible que nuestro amigo Luis el paletero que no terminó la secundaria viviera en una residencia con autos de lujo, siendo paletero y el en una casa de interés social?, mi respuesta pretendió ser clara, le dije Luis produce 5,000 paletas al día, después de pagar, proveedores, empleados, impuestos, servicios etc. Solo le queda un peso por paleta pero el volumen hace el resto, tu tienes dos clases al día donde educas a 30 alumnos, él le da mucho al mercado y recibe en igual forma, lo único que logré fue un discurso interminable de las maldades del libre comercio.

 Pero esto no solo se da en las universidades públicas, en las universidades privadas brotan revolucionarios radicales, clases sociales que nunca tuvieron verdaderas dificultades en la vida, muchachos que se les dio todo y que se vuelven feroces defensores de alguna estructura imaginaria opresora creada por la burguesía, una mentira absoluta basada en las ideas obsoletas de Karl Marx y en una rara catarsis admiten que su familia es parte de esa opresión generando una confrontación de generaciones. Representan un drama escrito por ellos mismos en el que el personaje principal son ellos redimiendo al mundo.

Sería falso afirmar que nuestra generación fue perfecta pero pensar que todo lo que se hizo hasta el momento está mal, es el más grande desatino en que se pueda caer, cada generación que nos antecedió nos dejó una herencia de su trabajo, una herencia que no solo debemos conservar, sino mejorar.

Pensar en destruir todo y sobre esas cenizas iniciar una sociedad perfecta es una verdadera estupidez ya que hay decenas de evidencias de su fracaso.

La Rusia zarista es un ejemplo vivo de ello, se destruyó el sistema económico y social de un país rico para someterlo a una utopía que costó millones de vidas, pasó por la apropiación de todo en unas cuantas manos y terminó en un rotundo fracaso.

Fue y es un fraude total, en nombre del socialismo que hoy se recicla en el populismo. Hay una gran sabiduría en la vida ordinaria y su significado en la música, el arte, la literatura y las tradiciones religiosas que identifican a la sociedad y que las universidades actuales ignoran su historia, enseñan la fecha de acontecimientos importantes, revoluciones, etc pero no muestran los cimientos del espíritu de la gente que construyó el mundo en que habitan.

Los jóvenes rechazan el mundo de sus padres y se lanzan al vacío de utopías irreales y peligrosas, destruyen todo en aras de la modernidad, sin atinar a construir algo sólido y confiable, tiran por la borda miles de años de experiencia sin siquiera reflexionar sobre ellos porque piensan que el mundo les seguirá soportando, le dan más importancia al mundo virtual que al real y en algún momento podrán enfrentar la falta de alimento real.

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