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La política, una graciosa abstracción

Arturo Castro.- Imaginar que la política tiene su origen en la ignorancia social parece una terrible y gran aberración, ya que a esta le pertenecen los individuos que han decido trazar sus metas y trabajar en el ámbito público, sirviendo como promotores sociales a través de las múltiples opciones que se les presentan.

Solamente imaginar el bienestar de todos como una ilusión es denostable si no se hace nada por llevarlo a cabo, esto se logra con principios y con normas de participación política, emprender las causas colectivas definitivamente no es para todos.

La política implica tomar decisiones con actitudes solidas ante lo conflictivo de las mismas debido a la diversidad de intereses que se presentan, muchos de ellos ajenos a lo público, son aquellos intereses creados y de oportunidad.

Solamente imaginar que los políticos son profesionistas de la ciencia política y de la administración pública para poder obtener mejores resultados, garantizando la hechura de leyes en el poder legislativo y la toma de decisiones fundamentales en el poder ejecutivo.

El poder judicial pertenece a los abogados, los especialistas en derecho por lo que no podemos imaginar escenarios diferentes a los que marca esa profesión, como si sucede en los poderes mencionados anteriormente.

Solamente imaginar que el empoderamiento de la clase política inicia en las organizaciones y en los partidos políticos en los que se van formando ideológicamente para servir con ciertas premisas a la sociedad civil, dicha formación es en una escalada que garantiza el tránsito a un conocimiento previo al servicio que se presta.

Solamente imaginar que la solución a los problemas sociales está en manos de personas capaces, llamadas políticos para tener un mejor futuro, cuyas propuestas iniciales de campaña nos hablan de un futuro previsible.

Los proyectos de innovación social que nos convidan diversos personajes emocionan a cualquiera, se presentan con una imagen personal editada que suple cualquier cirugía estética, salvo contadas excepciones en donde fallan las ideas para venderse mejor, independientemente de las verdades y mentiras que se dicen.

Solamente imaginar que la sociedad alcanza sus sueños, genera un gran optimismo, parece que existe una cultura política para alcanzar una verdadera democracia que dejen gobiernos justos y dedicados a una mejor y mayor gobernanza.

A la medicina pertenecen los doctores, al derecho los juristas, a la política por ende debieran estar los políticos sin distinción de profesión u oficio, esto es garantía de capacidad y responsabilidad, optar por alternativas en este arte, es difícil ya que se han preparado para ello.

Solamente imaginar que aquellos que se sienten acreditados para el ámbito público sin estarlo, parece una tragedia, hoy en día la política es barreal, es la cascarita del partido de futbol antes del silbatazo inicial, es la forma de hacer algo de aquellos que no tienen nada que hacer.

El arte de la política se ha convertido en un trabajo cualquiera para cualquiera, solamente imaginar en qué momento se perdió la mística me cuesta trabajo y reniego a revisar la historia para no encontrar culpables entre los que me pueda encontrar.

Imagino entonces sin nostalgia que el pasado fue mejor, del romanticismo pasamos a la violencia, de la tableta mejoral al coronavirus, del conservadurismo a la loquera de cualquier loco que gobierna, anhelar el México que se nos fue, permite pensar que Pedro Infante fue mejor que Luis Miguel.

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