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Las hordas de delincuentes electorales

Marcos Barraza Urquidi.- El uso de adjetivos tiene una gran fuerza para esconder y tergiversar las intenciones. Le pongo un ejemplo: hay un grupo que se califica a sí mismo como progresista, usa el lenguaje político del siglo XIX (conservadores – liberales), prohíbe las energías limpias a favor del carbón y el combustóleo, elimina la aristocracia (gobierno de los mejores) en favor de la nacocracia (gobierno de los ignorantes e incultos).

Hoy están en el poder destruyendo todas las organizaciones democráticas y libertarias, regresando a la barbarie donde un partido de estado usa los recursos públicos para construir un andamiaje político que le permita perpetuarse en el poder.

De nuevo el uso de lenguaje para esconder delincuentes, aparece la banda de delincuentes y los esconden bajo el nombre pomposo de siervos de la nación… ¡Ah no!, es servidores de la nación emulando a Vicente Guerrero que escribió “Los Sentimientos de la Nación”… ¡Ah no! No pudo ser Guerrero porque no sabía escribir, aunque el kks dijo que Guerrero fue el que los escribió y como es muy culto y muy preparado debe tener razón, no sé porqué los libros dicen que fue Morelos.

Bueno, esta horda de delincuentes al servicio de López está en precampaña comprando votos mediante “ayudas” con recursos de la partida secreta que revivió el kks del pasado turbio cuando el presidente recibía ríos de dinero sin tener que informarle a nadie, la cual por cierto Vicente Fox eliminó, pero este vival de Macuspana ha revivido para forrar de dinero a su familia, amigos y seguidores.

Todos los “ahorros” -que no son ahorros sino recortes- que se están haciendo en el gobierno federal, se van a la bolsa de Alí Babá, quien puede disponer de ellos como mejor le parezca, lo cual es grave para la sociedad porque el dinero que nos quitan cada vez que compramos algo (IVA), de nuestro sueldo (ISPT) o en la declaración anual (ISR) no va a servicios que el Estado está obligado a proporcionar a la sociedad como educación, salud e infraestructura, sino que a cambio de estas contribuciones que hacemos, el dinero se va a las empresas del “Peje” y sus hijos, a sus cómplices y a la compra de votos.

La administración pública se encuentra colapsada, las instituciones no tienen a veces ni lo más elemental para sus funciones, se ha despedido a miles de empleados “pa orrar”, no hay infraestructura y aun en esta grave pandemia los hospitales no cuentan con medicamentos para curar a los niños con cáncer ni material para enfrentar la pandemia y todo lo arreglan con demagogia y charlatanería.

Pero ¿cuánto nos cuestan estos delincuentes electorales? Pues nada menos que el 20% del presupuesto federal, en una organización ilegal, delincuencial y dañina.

Los sueldos de estos delincuentes suman 2,570 millones, más bonos y prestaciones, en julio eran 18,299 angelitos que revisan domicilios y capturan la credencial de elector de sus clientes; estos delincuentes no son ningunos voluntarios, ganan 10,217 pesos y sus 266 coordinadores ganan 73,507 pesitos cada mes, nada malo para quienes ofrecen su lealtad a su jefe político.

Cada región de los delincuentes electorales, coincide geográficamente, nada más y nada menos que con los distritos electorales federales. ¡Qué casualidad! Estos coordinadores dependen de un delegado que gana casi lo que le presidente de la República, nada menos que 122 mil pesillos, en la cúspide está el coordinador general que le responde directo al presidente, lo que deja claro que es una organización electoral semejante a la de Cuba o Venezuela, por no irnos más atrás en la historia.

Estos delincuentes se encargarán de que el pueblo bueno y tonto vote por mantener la dictadura por siempre, los delegados estatales fueron escogidos entre los candidatos a gobernador que no llegaron y se hacen presentes en todas las reparticiones del botín para aparecer en el 2021 en la boleta con todas las ventajas del “trabajo” electoral previo.

En el 2019 los regalos del “Gran benefactor”, alias el kks, sumaron 220 mil millones de pesos dados en la mayor opacidad posible, sin que nadie sepa en qué manos quedó ese dinero, cuánto se repartió a la gente y cuánto quedó en los testaferros del “Gran Benefactor”.

Mientras el kks o “Gran Benefactor”, como usted quiera llamarlo, hace política barata desde el púlpito del Palacio denostando a sus detractores, medios, empresarios y oposición, acusando sin pruebas, con una verborrea barata (“el pueblo se cansa de tanta pinche transa”), el país se desmorona, se dirige a hacer de México la nueva Venezuela o la miseria cubana.

SI hubiera una oposición con hue… valor, esto ya se estaría denunciando ante la sociedad y el mundo, pero la única verdadera oposición está controlada y atemorizada, por lo que la sociedad debe tomar la iniciativa de denunciar estos delitos electorales ante autoridades nacionales e internacionales. Va en juego el futuro de nuestros hijos, nietos y biznietos… ¡La cobardía de hoy será la desgracia de mañana!

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